LA PULPERIA - LA PAMPA

En el "Álbum del Centenario", publicado por Efebe Ediciones, Walter Cazenave dice con respecto a Carmen Orozco: "El 2 de caballería operaba en la provincia de Buenos Aires pero -según referencias del propio Gutiérrez en algún momento acudió de refuerzo a la frontera del sur de Córdoba. ¿Sería aventurarse demasiado pensar que las dos mujeres, la sargento de los croquis (se refiere a la sargento Carmen Ledesma), y la cuartelera victoriquense, son la misma persona?". El escritor Carlos Rodrigo de Realicó ha dedicado a la memoria de la sargento mayor Carmen Orozco un poema titulado "Carmen Orozco Fortinera" al que jóvenes victoriquenses (Trio Voces)  le han puesto música de zamba.

Eduardo Gutiérrez, en sus "Croquis y siluetas militares", menciona reiteradamente una tal Carmen Ledesma, mujer de agallas, fortinera, que había llegado a alcanzar el grado de sargento, pese a su condición de mujer. Este formidable personaje (uno de los mejor descriptos en el libro comentado) militaba el regimiento 2 de caballería, cuerpo que llegó a comandar en el fortín en ausencia de los hombres. Ahora bien, las crónicas del Victorica inicial, especialmente los informes de la Dirección de Tierras, registran en el pueblo la existencia de una Carmen Orozco, que había sido cuartelera. Jaime Molins, allá por los años veinte nombra a una mujer que había ingresado al ejército. ¿Sería aventurarse demasiado pensar que las dos mujeres son la misma persona? La especulación cabe. Dos mujeres con el grado de sargento, ambas llamadas Carmen constituyen una coincidencia muy llamativa. Hay otro dato que podría esclarecer este asunto, pero que no se ha podido corroborar: la Carmen de los relatos era negra, o por lo menos de piel muy atezada.  Pero aunque no fuera así, aunque no se tratara de la misma mujer, posiblemente la diferencia entre una y otra sea igualmente muy poca. La vida de la sargento Carmen victoriquense debió asimismo, ser una seguidilla de aventuras y peripecias. Además, en aquellos tiempos de guerra en las fronteras nadie, ni siquiera las mujeres ganaban los galones de sargento así nomás.